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viernes, 10 de junio de 2011

Las huelas de la catástrofe en Tokyo Japón

Por lo tanto, exhortábamos a los niños a que buscaran, fuera donde fuese, algo comestible. Era una situación de emergencia y los estudios habían pasado a un segundo término. Así pues, en aquellos momentos se realizaban con frecuencia los así llamados «ejercicios prácticos al aire libre». Alrededor de la escuela hay zonas de gran riqueza natural y no resultaba difícil encontrar lugares idóneos para realizar estos «ejercicios prácticos». En este sentido, podíamos considerarnos afortunados. Todas las personas que se hallaban en las ciudades pasaban hambre. En aquellos momentos ya estaban cortadas las rutas de abastecimiento procedentes de Taiwan y del continente, y las grandes ciudades sufrían una grave escasez de víveres y de combustible.

actividades aire libre popular
Usted ha mencionado que en su clase había cinco niños que habían sido evacuados de Tokio. ¿Se llevaban bien con los niños de la zona?
Por lo que se refiere a mi clase, en general los niños se llevaban bien. Unos eran del pueblo y, los otros, provenían del centro de Tokio: no hace falta decir que habían crecido en ambientes completamente distintos. Hablaban un lenguaje diferente, vestían de diferente forma. Además, la mayor parte de los niños de la zona pertenecen a familias de campesinos pobres, y los niños de Tokio eran en su gran mayoría hijos de personas que trabajaban para empresas y de funcionarios del gobierno. Por lo tanto, no se puede decir que se entendieran bien.
emergencia niños de tokyo
Sobre todo al principio, entre ambos grupos existía cierta tensión. Jamás hubo peleas, ningún niño sufrió acoso o malos tratos por parte de los otros, sólo que los unos no podían entender lo que pensaban los otros. En consecuencia, tanto los niños de la zona como los de Tokio formaron grupos cerrados. Sin embargo, al cabo de unos dos meses se acostumbraron los unos a los otros. Porque los niños, en cuanto juegan juntos a algo que les entusiasma, derriban con relativa facilidad las barreras culturales y sociales.
Descríbame lo más detalladamente posible la zona adonde condujo aquel día a los alumnos a su cargo.
Es una montaña adonde solíamos ir con frecuencia de excursión. Tiene forma redondeada, parecida a la de un bol de arroz invertido, y por eso la llamamos la «montaña del bol de arroz». La montaña no es muy abrupta, cualquiera puede subirla sin esfuerzo. Se encuentra un poco al oeste de la escuela, se puede ir andando. Hasta la cima, al paso de un niño, se llega en unas dos horas. Teníamos previsto detenernos en el bosque, a medio camino, para buscar setas y tomar un bocado. A los niños les divierten más estos «ejercicios prácticos al aire libre» que las clases en el aula.
montaña de bol de arroz

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